La tecnología de los vehículos autónomos se está desarrollando rápidamente y se espera que en un futuro no muy lejano, estos vehículos sean una presencia común en las carreteras.
A medida que esta tecnología evoluciona, también surge la pregunta de quién es responsable en caso de accidentes que involucren vehículos autónomos. ¿Es el fabricante del vehículo o el propietario del vehículo autónomo el responsable en caso de accidentes? ¿Cómo funcionan los seguros en los vehículos autónomos?
La responsabilidad aseguradora en los vehículos autónomos es un tema complejo que involucra una variedad de factores, incluyendo el nivel de autonomía del vehículo, el estado de la tecnología, la forma en que se usan los vehículos, las leyes y las regulaciones locales. En términos generales, existen tres posibles escenarios de responsabilidad aseguradora en los vehículos autónomos: responsabilidad del fabricante, responsabilidad del propietario y responsabilidad compartida.
En el caso de la responsabilidad del fabricante, el fabricante del vehículo autónomo es responsable de cualquier accidente que resulte de un defecto en el diseño o la fabricación del vehículo. Esto se aplica independientemente de quién esté al volante del vehículo en el momento del accidente.
En el caso de la responsabilidad del propietario, el propietario del vehículo autónomo es responsable de cualquier accidente que resulte de su uso inadecuado del vehículo. Esto incluiría, por ejemplo, no mantener el vehículo en buen estado de funcionamiento, no seguir las instrucciones del fabricante o utilizar el vehículo de manera peligrosa o negligente.
En el caso de la responsabilidad compartida, tanto el fabricante como el propietario pueden ser responsables de un accidente, dependiendo de las circunstancias. Por ejemplo, si un accidente ocurre debido a una falla en el software del vehículo autónomo, tanto el fabricante como el propietario pueden ser considerados responsables.
En términos de seguros, los vehículos autónomos representan un desafío para las compañías de seguros. En los vehículos tradicionales, la mayoría de los accidentes son causados por errores humanos, lo que significa que las aseguradoras pueden calcular el riesgo en función de la experiencia y los datos históricos. Sin embargo, en los vehículos autónomos, la mayoría de los accidentes son causados por fallas tecnológicas, lo que hace más difícil calcular el riesgo.
Una posible solución es que las compañías de seguros ofrezcan pólizas que cubran tanto la responsabilidad del fabricante como la del propietario. De esta manera, se podrían cubrir los posibles escenarios de responsabilidad compartida.
Mientras esta tecnología se implante y se haga habitual en nuestras calles, desde Grupo Quílez estaremos formándonos y recopilando información para ofrecer respuestas aseguradoras a esta nueva realidad y, por supuesto, para seguir formando a los conductores del mañana.